jueves, 18 de junio de 2009

La Brújula - Una nueva esperanza

Una nueva esperanza:
la música de La Plata



“A través de soles
he venido escapando
tengo ganas de asentarme
en un planeta despoblado...”
Shaman y los hombres en llamas



Era la peor época para ser joven, melómano y argentino. Los auges creativos, que otrora ponían a andar el motor de la escena musical nacional, muy lejos y herrumbrados habían quedado. Con algunas pocas-pero-laudables excepciones, veíamos pasar años de vaciamiento compositivo, de bandas diseñadas en oficinas comerciales, de impulsos artísticos consumidos por la industria y el marketing. Deambulando entre los restos del naufragio, toda esperanza parecía perdida.

Pero algo se estaba gestando en el patio trasero. Una nueva matriz desde la que surgirían muchas de las bandas más promisorias de los últimos tiempos. Desde la ciudad de las diagonales surgiría otra nouvelle vague, esta vez musical. La Plata se convertiría en la Florencia renacentista.

Aclaración. Para ser justos, cada una de estas bandas merece un artículo propio -y escrito por una mejor pluma-, y no esta apresurada nomenclatura (menos parecida a una recomendación criteriosa que a una bolsa de gatos). De todas maneras, y como el espacio también es tirano, aquí va una muestra del contemporáneo brote platense: Shaman y los hombres en llamas, La Patrulla Espacial, Prietto viaja al cosmos con Mariano, El mató a un policía motorizado, 107 faunos, Sr. Tomate y normA.

Nacidos desde otro tipo de inquietudes (menos lucrativas), entrelazados en cada proyecto y en cada experiencia colectiva, comparten componentes únicos e innovadores: el resplandor del brío aventurero, la cinemática de la exploración constante y una virulenta intención de quiebre.

Aunados en sellos autónomos y autogestionados, como Laptra y Mandarinas records, estos grupos han sabido además recuperar la puesta en escena como una dimensión radicalmente potencial, en la que se expresan como lo hace un relámpago, como un estallido anárquico de música y energía. Y es que para definir su espíritu bastan sólo dos palabras: son independientes y libres.

Damián Pellegrino

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