jueves, 11 de junio de 2009

La Brújula - Folklore Top



Revisionismo folklórico

El folklore ha devenido la nueva moda entre una porción de la juventud capitalina y opulenta. Así como en su momento la cumbia y su efímero apogeo fueron el colorido de la noche porteña, hoy se acude multitudinariamente a las peñas céntricas.

Una de las maneras en que puede apreciarse este curioso fenómeno, es en el impagable espectáculo que tiene lugar cuando en estas reuniones se da paso al baile. Producto del enorme porcentaje de concurrentes que han egresado de las florecientes academias de danza folklórica, acontece el remarcable suceso de una coreografía casi perfecta.

Pero, por decirlo de manera llana, hay un grueso trecho -y no hablamos de kilómetros, precisamente- entre las peñas de baldosa y valet-parking de Olivos y la tierra agrietada de Atamisqui, Santiago del Estero. No comparten forma ni fondo. La alegría no es la misma.

Y la moda también se traslada. Eneros jujeños con menos jujeños que palermitanos. Una rubia legión atestando las plazas de Tilcara, Purmamarca, Cafayate o Amaicha del Valle. Tiñendo de idiosincracia porteña la tradición del norte argentino. Renovando la habitual costumbre de pisotear la cultura que se intenta conocer, desempolvando un hábito propio del colonialismo.



Es en medio de este auge efervecente que venimos a hacer nuestra recomendación de la semana.
Que invitamos a todo aquel interesado a darse una vuelta por la vehemente pluma de Yupanqui, el facón indómito de Larralde, la zafra retratada por Dávalos y Falú, y la historia misma de Cafrune. Allí bulle la fuerza vital del folklore, en la sangre rebelde del gaucho, en el destino que no se tuerce para los peones. Allí arde el fuego de la peña criolla y popular.

Damián Pellegrino

1 comentario:

Anonymous dijo...

Vamos pelle!!! siempre que haya reunion vinito y chori pal fogon. al que le pone imagen a la nota, que se pegue un tiro, peñas criollas y manda una foto del folklore aleman? un hijo de puta
murdockldra