jueves, 21 de mayo de 2009

Editorial - ¡Es la política, Estúpido!

POLÍTICA ESTUPIDIZANTE – PARANOIA REINANTE


Si usted quiere ser diputado, no hable a favor de las remolachas, del petróleo, del trigo, del impuesto a la renta; no hable de fidelidad a la Constitución, al país; no hable de defensa del obrero, del empleado y del niño. No; si usted quiere ser diputado, exclame por todas partes: ¬ Soy un ladrón, he robado (...), he robado todo lo que he podido, y siempre.

AGUAFUERTE
Arlt, Roberto
¿Quiere ser usted diputado?
Hay una anécdota en la política de campaña de los Estados Unidos (que nos guste o no son los que mas aceitado tiene la industria del marketing político), en donde el candidato presidencial por el Partido Demócrata, Bill Clinton, tomó como frase emblema, “Es la Economía, ¡Estúpido!”.


Esa frase caló hondo en la población norteamericana que preocupada por una reseción económica apoyo esta inusual propuesta de cambio. Atrás quedaban la guerra del golfo, el fin de la guerra fría y la unipolaridad reinante del gran país del norte. La década del 90 daba sus primeros pasos. Corría el año 1992.

Muchos años después y orientándonos en nuestras pampas podemos usar esa frase y ubicarla en nuestros intereses o los de los otros. La idea de remarcar algo importante terminando esa frase con casi un insulto se puede ver en esta campaña de manera clara.

Se podría decir “Es la política, ¡Estúpido!”. Sí lector. La política. Porque eso es lo que es realmente y parece que no nos damos cuenta. Ni ciudadanos ni candidatos. O mejor dicho, los ciudadanos no le exigimos a los candidatos política.

Un multimillonario que gasta fortunas en locales, grandes carteles, mucha imagen, mucha tele, pero pocas propuestas. Un oficialismo que lo único que pide es acompañar el modelo, que eso es lo que importa, pero el modelo parece ser solo un grupo selecto de iluminados porque o sino de que otra manera se explica lo testimonial de las candidaturas. Propuestas, pocas.


Un acuerdo electoral entre partidos que antes eran facciones de un mismo gran partido; un gran abanico de pequeñas izquierdas que lamentablemente le hacen un beneficio a la derecha; un presidiario genocida haciendo campaña desde su celda; y otros sectores que se atacan entre sí, atacan al oficialismo, a la oposición y mientras la política con propuestas y algo llamado “plataforma electoral” brilla por su ausencia. Y sumado a todo esto, los patrones agropecuarios mal llamados “el campo” apoyan a todos los sectores contrarios al gobierno. No importan sus ideas. Solo que están en contra.


Y así, se sube a una montaña rusa enloquecida en donde la inseguridad no nos deja pensar que la inseguridad es la exclusión de miles de niños y niñas, de gente que no logra hacer su entrada a la sociedad y que el Estado no satisface las necesidades que antes eran básicas y ahora ya son elementales.

Es la política la que debe ganar protagonismo y no una persona que nos dice ser como nosotros. Es la herramienta política; es la ciencia política; es la filosofía política; es el pensamiento político el que debe encauzar y buscar e indagar los problemas de la población y solucionarlos. Esa política que muchos se encargaron de ensuciarla hasta llegar a relacionarla con algo malo. Ahora la virtud de un candidato es precisamente que no venga de la política. ¿Nos arriesgaríamos a ser operados por un bombero voluntario o por algún otro personaje ajeno a la ciencia médica?



Si automáticamente respondemos que no, ¿por qué festejamos cuando alguien que desconoce la ciencia política y se enorgullece de eso lo aplaudimos? ¿por qué no exigimos calidad más allá de sonrisas, chicanas y eufemismos?


Mis estimados, sepan disculpar el atropello pero no queda mas remedio que decirles, de frente que la solución y el problema es el mismo. Es, en definitiva, la política, “¡Estúpido!”






No hay comentarios: