jueves, 18 de marzo de 2010

Caso Luciano Arruga

Si esto es justicia, Luciano, ¿dónde está?

Ya pasaron trece meses desde que desapareció, y su familia continúa buscándolo, incansablemente, esperanzadamente.

Una plaza a su nombre, inaugurada el 28 de Febrero en Lomas del Mirador, que reúne las fuerzas y mantiene la lucha; un evento para festejar su cumpleaños, con murga, videos, amigos, familiares; una búsqueda, que se hace larga, dolorosa, pero que aún así, no claudica, a pesar de las “advertencias” efectuadas por parte de policías de la zona.

Luciano fue visto por última vez el 31 de Enero de 2009. Días previos a su desaparición, el joven de 16 años había recibido amenazas de oficiales de la Comisaría Octava, ubicada en la localidad de Lomas del Mirador, debido a su negativa a “colaborar” y “trabajar” para ellos. Existe un antecedente, también de un “aviso” dirigido al chico, que aseguraba llevarlo a la Octava, donde están los detenidos por casos de violación.

En un primer momento, la causa la llevó adelante la fiscalía Nº7, a cargo de Roxana Castelli. Según Vanesa Orieta, hermana de Luciano, con esa fiscal “sólo se perdieron 45 días de los más importantes de la causa”. Actualmente, el caso está en manos de la fiscalía Nº1, dónde Celia Cejas es la responsable. La investigación, caratulada como “Averiguación de paradero”, es acompañada por Pablo Pimentel, miembro de la APDH (Asamblea Permanente por los Derechos Humanos) de La Matanza y por el abogado Juan Manuel Combi.

La comisaría Octava, relacionada con la desaparición de Luciano, funcionó como centro de detención clandestina, en época de la dictadura, y era conocida como Sheraton o Embudo. Orgánicamente dependía del I Cuerpo del Ejército, a través del Grupo de Artillería de Ciudadela.

Según Vanesa, existen testigos que lo vieron a Luciano en la Octava, a su vez que alguien dijo que lo reconoció en el destacamento, semimuerto. Con el rastrillaje realizado en un descampado de la zona, los perros reaccionaron ante el mismo, y este hecho indica la posibilidad que el joven haya estado en ese lugar.

El ministro de Seguridad Bonaerense, Carlos Stornelli, decidió en una primera instancia separar del cargo a los ocho policías implicados en el caso: Sotelo, Díaz, Herrera, Borrego, Vázquez, Fekter, Márquez y Zéliz. Actualmente, los oficiales han sido reincorporados y cumplen su función en la misma comisaría.

En cuanto a los responsables políticos, Vanesa no duda en acusar al Gobernador Daniel Scioli y al intendente del partido de La Matanza, Fernado Espinoza. A su vez, la presidenta de la nación Cristina Fernandez, representante de un gobierno que se jacta de estar “a favor de los Derechos Humanos”, también recibió su crítica, al negarse atender a la familia de Luciano “por falta de tiempo”.

El tiempo continúa pasando, rápido, mientras que las novedades en el caso llegan, pero lentas. La familia y amigos de Luciano no dejan de pelear, de buscar, de esperar. Esperan, que el gobierno los escuche; esperan respuestas por lo que le ocurre a su hijo, hermano, y amigo desaparecido; esperan, que Luciano no sea un numero más en el grupo de los “algo habrán hecho”. Esperan, y continuarán esperando que la justicia despierte, y que al fin deje de estar sumergida en un sueño profundo.





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