jueves, 10 de junio de 2010

Editorial: Fechas patrias


Elige tu propia aventura. Hoy: ser periodista

El periodismo como tal tiene que ver con la valentía de buscar, mostrar, informar y prestar a la reflexión temas que hacen a la ciudadanía y que aquellos que detentan el poder quieren ocultar o tergiversar. O, el periodismo puede ser esa voz oficial que legitima cierto orden y justifica aquello que muchos pueden llegar a pensar que es injusto.


El periodismo puede vincularse con el pueblo, con las masas, con el ciudadano, con la sociedad y ser el canal y puente entre todos para criticar esa injusticia y elaborar nuevos modelos. O, el periodismo puede sentarse en la mesa de las corporaciones mediáticas, empresariales, financieras y políticas para servir de vehículo para que las ideas y propuestas del poder puedan ser efectivas.

El periodismo puede perder en su trabajo la comodidad de una oficina confortable, el saludo amable de los colegas, las becas de fundaciones y los premios internacionales. O, el periodismo puede perder legitimidad y credibilidad alzando su copa en los ágapes que le ofrecen los poderosos en donde le ofrecen licencias, concentración de la palabra y monopolización del discurso.

El periodismo se puede hacer desde la clandestinidad, empuñando una maquina de escribir como fusil y las ideas como pólvora. O, el periodismo se puede hacer desde una convención en Cancún en donde se decide a qué gobierno democráticamente elegido se lo endilga de dictadura mientras se justifica golpes de estado tanto actuales como pasados .

El periodismo puede ser militante y contra hegemónico. O puede ser políticamente a-político, naíf y perversamente unidireccional.

Por ambas sendas se puede hacer periodismo. En ambas sendas se ganan enemigos y aliados; compañeros de ruta como también aquellos que ante las turbulencias eligen un intermedio creyendo que hay intermedio en los tiempos que corren.

En ambas sendas el poder está en la palabra y ese desafío hacia la verdad. En uno, en tratar de desvelar esa otra verdad que permanece oculta; en otro en cambio, la idea es hacer cada vez mas firme el telón para que sea mas difícil correrlo.
Pero hay una pequeña diferencia entre estas dos sendas. Una, la transitan los periodistas; la otra, las empresas que ven en la información un negocio.
Mas de uno claudica ante la senda que ofrece comodidad, buen trato y ser aceptado por el buen orden. Todo esto a cambio de la modestísima suma de su libertad de pensamiento.
Otros, por el contrario, aprietan fuerte los dientes y disparan bronca en cada nota que escriben; denuncian en cada columna o comentario que dicen al aire de una radio u ofrecen una reflexión en un canal de televisión.
Nuevos aires recorren en el sur del continente con una nueva ley de servicios audiovisuales, que aunque demorada en su reglamentación, espera equiparar las cosas y por qué no ofrecer quizá una tercera senda por la que camine esta profesión. Que tuvo comprometidos que dieron su vida como también genuflexos que miraron para otro lado y hasta envalentonados defendieron dictaduras mientras colegas suyos eran torturados .

En este crucial momento de desinformación y manipulación de la información, al momento de saludar a los periodistas o recibir el caluroso saludo de alguien es bueno pensar en estas dos sendas por las que transitó y transita el periodismo argentino.

Así, cuando se desee un Feliz Día, no sea mas que un buen gesto democrático, de esos que buscan “consenso” haciéndonos recordar cuando éramos “derechos y humanos”.

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