jueves, 20 de agosto de 2009

Editoria- 6to. Encuentro de Medios Alternativos



Alegoría de la Pantalla





O de cómo dejar de mirar para cualquier lado



Pensar en armar y difundir un discurso resulta un desafío, es una ardua tarea en una realidad cruzada por tan disímiles vivencias y por tantos otros discursos que se pelean para ganar protagonismo. En una realidad con tantas ópticas como personas la observan y traten de escribirla.



O por lo menos, eso a veces nos quieren imponer los profetas que se adueñaron de las palabras, sus significados y hasta de sus significantes.



Una pantalla con un video-graph o placa queriendo asumir toda verdad; una portada de matutino arrogándose que allí están los temas que hay que discutir y hablar, la agenda como muchos la llaman. Política de grandes partidos y partidarios de discursos y retóricas rebuscadas; mostrar el escándalo y la corrupción y hasta la contaminación por chispazos como focos de electricidad que funcionan mal; el deporte nacional y su pasión haciéndose presente para absorberlo todo y ganar espacios de debate, reflexiones y opinión.



Profetas del buen pensar que se adjudican un poder divino de decirnos qué es lo importante y por otro lado...la gente, el pueblo, la ciudadanía, la militancia.



Espectáculo armado al que parece no escapársele nada.



Pero en ese armado siempre hay grietas, espacios, luces que se encienden en la espesa niebla, mentes tercas que no quieren resignar sus ideas y entonces andan, caminan, escriben, hablan por donde pueden y con quienes puedan. Y se encuentran, creyéndose perdidos y es pura felicidad saber que en Córdoba se acompaña la protesta por el cierre de una fabrica y para que los obreros vuelvan a sus lugares de trabajo; satisfacción al escuchar y ver la pelea que se da en Mendoza por el tema de la tierra; alegría de que en Tucumán, en Santa Fé, en el Conurbano Bonaerense, por todo el país existen huecos de resistencia, o focos, o espacios, o como lo quieran llamar, el término es lo de menos.



Saber que en Rosario como en Neuquen se resiste a un desalojo; que una universidad por la fuerza de su comunidad educativa en conjunto rechaza el dinero de una mina que contamina; que el espacio de la comunicación sirve para encontrarse y reencontrarse, con otros y con uno mismo, en ese querer aportar para el cambio. Aportar desde lo que uno sabe y tiene ganas y asume ese compromiso. Aportar para que ante el primer desanimo o resignación de alguno demos cuenta que hay otro camino, otro espacio posible, otros medios y otras herramientas, en fin, otra realidad a construir.

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